
Si Dios no existe, todo está permitido» (Dostoiewski)
Cabe, desde luego, estudiar si de veras es o no indiferente la existencia de Dios para la vida de las personas singulares y de la sociedad entera.
¿Tiene consecuencias prácticas, relevantes y notorias la respuesta -o el silencio- a la cuestión de la existencia de Dios?
¿Da lo mismo, desde el punto de vista de la vida humana que Dios exista o no? Jean Paul Sartre - existencialista ateo - afirmó que "aun en el caso de que Dios existiera, seguiría todo igual"; aunque confesaba sin reparos que su conclusión procedía de premisas ya ateas, que es tanto como decir condicionadas por una determinada actitud acrítica previa. Dostoiewski, creyente por su parte, hizo exclamar a uno de sus célebres personajes: "Si Dios no existiese, todo estaría permitido".
En ese "todo" se incluiría -¿por qué no?- el terrorismo, el infanticidio (aborto procurado), el geronticidio eutanásico (matar ancianos, aunque por el sistema más dulce posible), etcétera. También es cierto que hay ateos y agnósticos actuales, incapaces de matar a una mosca, que se esfuerzan por encontrar y presentar algún fundamento a una supuesta ética atea, o "civil", que pudiera ser aceptada por un amplio consenso, porque es obvio que no se puede vivir ni convivir sin unas normas que inspiren y conformen la conducta con un mínimo de racionalidad. Es de sospechar sin embargo que tal fundamento siga sin aparecer y la ética «a-tea» (o «a-religiosa» o «civil», como quiera llamarse) siga sin resultar convincente y, por tanto, eficaz. "En efecto - reconoció Sartre -, todo está permitido si Dios no existe, y por consiguiente el hombre se encuentra abandonado porque no encuentra en él ni fuera de él, dónde aferrarse". ¿No se columbra una enorme sima entre el supuesto mundo encapsulado en sí mismo - sin trascendencia, sin autor, a su aire, rodando con suerte incierta -, y el mundo creado y cuidado sabia y amorosamente por la Providencia divina? Es claro que si Dios no existiese y, por hipótesis que considero absurda, existiéramos nosotros, no habría nada con valor absoluto: ni cosas absolutas, ni principios absolutos, ni valores absolutos, ni derechos absolutos; todo sería relativo, y el bien y el mal no serían más que palabras huecas.
¿No plantea esto ningún problema al ser humano inteligente?
¿"Da igual" que haya o no haya bien ni mal moral?
1 comentario:
Interesante artículo. Te expreso mi humilde opinión al respecto del tema.
No es que la existencia de dios sea necesaria para la existencia de la virtud. El problema aquí es que históricamente la formación ética y moral en occidente va de la mano de las instituciones religiosas. Nuestros sistemas de valores están dictados por ellas, y por ende también nuestros conceptos de virtud y vicio (o pecado).
Las virtudes "universales" no se deben a la existencia de dios. El respeto a la vida, por ejemplo, es un valor "universal", ya que una sociedad que no lo considere como tal, está inevitablemente condenada a la autodestrucción. Del mismo modo, el amor, el respeto, la justicia, son valores "universales". Estos valores han sido reconocidos incluso por corrientes filosóficas que no invocan la existencia de un dios, como el confucianismo.
Yo soy panteísta ateo (o al menos es lo más cercano a mis creencias). Si bien no creo en un dios antropomorfo, considero innegable la importancia y necesidad de la religión en la sociedad actual. Como siempre digo: "La religión es necesaria para aquellos que la necesitan". Si bien hay personas con la madurez para mantener un sistema de valores independiente a la religión, la mayoría de la gente carece de esa capacidad, particularmente porque está culturalmente obstaculizada para hacerlo.
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